La transparencia como objetivo

En  más de una ocasión me posicioné en que  las instituciones y entidades, sobre todo las que reciben aportaciones económicas procedentes de las administraciones, deben publicar sus datos en forma de campaña de transparencia. En este sentido debo recordar  que desde hace años la Iglesia a nivel general, y ahora en particular la de Galicia, informan de sus resultados económicos y enumeran las múltiples actividades que llevan a cabo  para ayudar a las personas más necesitadas. Un ejercicio de necesaria transparencia por reflejar las formas económicas con los que cuenta la Iglesia para actuar en beneficio de las personas que demandan algún tipo de ayuda, servicio o referencia  y que buscan en la institución completar alguno de los actos religiosos que le son propios.


Se trata de una forma de dar a conocer los numerosos trabajos que lleva  acabo la iglesia en  Galicia y que estos lleguen hasta los fieles o personas cercanas para  ser una presencia significativa entorno a los moradores de los pueblos que integran la comunidad religiosa más próxima y la que de algún modo han tenido en al algún momento que ver con ella.


En  trabajo desarrollado ha precisado más de 65 millones de euros para hacer frente a las muy numerosas actividades que desarrolla  y que se pueden enmarcar  como referencia máxima que 145.000 personas recibieron el apoyo en las distintas actividades asistenciales puestas en marcha destacando en los  trabajos desarrollados  la labor de Cáritas. Del dinero recibido para el funcionamiento eclesial destaca que cerca de un 40 por ciento fue aportado por los fieles y que 18 millones de euros fueron destinados a actividades pastorales y asistenciales.


Sin lugar a dudas que la misión desarrollado por las cinco Cáritas diocesanas de Galicia son la joya de la corona eclesial. De ahí que nos detengamos en  algunos datos que son más que significativos del trabajo desarrollado por esta institución de la iglesia, que  atendió 71.808 personas, gracias al trabajo de los  numerosos  de los profesionales contratados y a 4.645 voluntarios. Una labor que  está apoyada por 439 centros para mitigar la pobreza; 88 casas para ancianos, enfermos crónicos y personas con discapacidad; 27 centros de menores y jóvenes y para la tutela de la infancia; 6 centros de rehabilitación para drogodependientes; 9 centros para la defensa de la vida; 7 centros para la promoción de la mujer y víctimas de violencia; y 17 centros para promover el trabajo.


Señalar también que cerca de 4.000 docentes acompañaron y formaron a 50.856 alumnos en los 180 centros católicos concertados de la comunidad autónoma. En el apartado puramente eclesial mencionar el  funcionamiento de que 1.200 sacerdotes ejercen su ministerio en las 3.644 parroquias de la provincia eclesiástica de Santiago de Compostela; que hay  3.486 catequistas, que se celebraron 8.756 bautizos, 4.980 confirmaciones, 10.055 primeras comuniones, y 1.429 bodas católicas.


Me gustaría que esta misma transparencia que de manera pública- con luz y taquígrafos-  hizo la iglesia en Galicia, fuera también realizada por otras entidades e instituciones que, por regla general, no suelen dar a conocer  sus formas de financiación y en que cometidos invierten o gastan los dineros que reciben. Esa transparencia nos iría mejor a todos los ciudadanos para que de este modo podemos seguir creyendo en instituciones que no tienen nada que ocultar desde el punto de vista económico y de funcionamiento.

 

La transparencia como objetivo

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